Hoy relato un espacio de mi vida, doloroso, porque la enfermedad se acompaña de sinsabores. Pero con final feliz y en ello tuvo que ver IMMI.
Hace 18 años me detectaron cáncer de mama en ambos senos, uno más agresivo que otro pero el impacto ahí estaba y se vivieron meses de incertidumbre familiar, pasé por quimios, cirugías y radiaciones, con el Jesús en la boca y el apoyo de mi familia y amigos y gracias a Dios, se dió vuelta a la página.
Los primeros 5 años con estudios frecuentes y medicamentos. Finalmente te dicen estás en remisión y todo tu ser descansa, y pasan los siguientes 5 años y estadísticamente ya estás limpia .
Desde hace 10 años soy parte de AMYCC Asociación de mujeres yucatecas contra el cáncer, tratando de sembrar conciencia de prevención en otras mujeres aportando mi experiencia personal.
Así fue mi vida hasta hace 3 años.
A nuestra Asociación llegó Marilis Rosales con una gran calidez humana y capacidad de convencimiento, representante de una empresa benefactora, interesada en la salud y prevención de la mujer, manejando un desodorante en crema. IMMI es su nombre.
La realidad es que me sentí comprometida y le compré a Marilis dos desodorantes (aunque por las cirugías previas solo tenía glándulas sudoríparas en una axila).
Ponerme desodorante en crema no se me antojaba ….ahí se quedo mi desodorante, hasta que un día, me incriminé por no usarlo y me lo apliqué , la sensación fue extraña pues la acción de extenderlo por la axila era exactamente igual a la revisión de axila que hacía a mis pacientes, pero el movimiento hacia atrás del brazo para dejar expuesta la exila, te da una zona amplia de palpación y AHÍ ESTABA, me quedé paralizada sin querer volver a palparlo pero no había error había localizado un nódulo en mi axila derecha.
Se siguieron los parámetros y efectivamente fue un nódulo cancerígeno, gracias a Dios aparentemente detectado a tiempo. Ya volví a pasar por químios, cirugías y radiaciones y estoy con estudios periódicos pero a la fecha han salido negativos y sigo en la lucha.
Coincidencia, suerte, la mano de Dios, la llegada de Marilis, la bendición de Dios sobre la labor de esta empresa, todo puede ser.
Yo, como médico les digo que este desodorante IMMI es, además de ser un apoyo de prevención para el cáncer, una magnífica oportunidad de hacer tu autoexploracion axilar.
Y quién sabe, solo Dios, pero como a mi, podría salvar tu vida
Con cariño Gloria Virginia Palau Leyva